A. R. Berdiales

Abre tus ojos y mírame, dime si ves algo que odiar
Mi pelo largo te habló mal de mí,
cierro los ojos y te siento aquí
No me lleves por intuición,
espera el turno que se me otorgó
Te temo, sólo soy yo, ni santo ni demonio
Te temo, sólo soy yo, dudando,
temiendo llegue mi turno
Seres queridos me has llevado,
ya varias veces me has rozado
Siegas la vida del más pudiente,
no existen riquezas para comprarte
Si te toca su helada mano
estás perdido y sin solución
Cuídate, escápate, mira no te acorrale
Vigílala no se acerque,
que no pueda absorber tu vida
Cuando llames a mi puerta, ojalá te pueda ignorar
Y aunque entres en mi vida lucharé para expulsarte
Ya sea accidente o enfermedad, créeme voy a luchar
Te espero sin dudar, vendrás tarde o temprano
Te espero sin remedio
y espero que puedas tardar siglos