Conocí al viejecito
en una estación de cercanías
echaba todo sus recuerdos a la vía
mientras silbaba una canción.
Mi curiosidad me invito a conocerlo
nos presentamos sin mirarnos
no nos dimos ni la mano
total esos formalismos
de que sirven.
Me contó que la vida pasa, pasa
tan deprisa que cuando
hay un buen momento
deberíamos consagrarlo
en un altar,
que se desprendía de todas
sus cosas, de toda una
generación olvidada que
brillaron como mil
estrellas y ya nadie
le recordaba.
Llega un momento en el
camino que solo se mira
atrás es la hora de
sentarnos y dejarnos llevar.
Llega un momento en el
camino que solo se mira
atrás es la hora de
sentarnos y dejarnos llevar.
Fue a buscar dos carajillos
le ayude abrir otra maleta
llena de flores secas y poemas
y ropa interior, las flores
secas las enterramos
los poemas lo quemamos
y la ropa interior ella
misma se suicido.
El viejecito solo me hizo una pregunta
si yo también iba a subir
al ultimo tren que no
hacia falta comprar billete
no acostumbraba subir mucha gente.
Le conteste que no
todavía me quedan cosas
por hacer que había dejado
la puerta abierta por si
algún día decides volver.
Queda un momento en el
camino que solo se mira
atrás es la hora de sentarnos
y dejarnos llevar
lo recuerdos torturan si no los sabes engañar
emborráchalos eternamente
que canten y bailen hasta el final.
en una estación de cercanías
echaba todo sus recuerdos a la vía
mientras silbaba una canción.
Mi curiosidad me invito a conocerlo
nos presentamos sin mirarnos
no nos dimos ni la mano
total esos formalismos
de que sirven.
Me contó que la vida pasa, pasa
tan deprisa que cuando
hay un buen momento
deberíamos consagrarlo
en un altar,
que se desprendía de todas
sus cosas, de toda una
generación olvidada que
brillaron como mil
estrellas y ya nadie
le recordaba.
Llega un momento en el
camino que solo se mira
atrás es la hora de
sentarnos y dejarnos llevar.
Llega un momento en el
camino que solo se mira
atrás es la hora de
sentarnos y dejarnos llevar.
Fue a buscar dos carajillos
le ayude abrir otra maleta
llena de flores secas y poemas
y ropa interior, las flores
secas las enterramos
los poemas lo quemamos
y la ropa interior ella
misma se suicido.
El viejecito solo me hizo una pregunta
si yo también iba a subir
al ultimo tren que no
hacia falta comprar billete
no acostumbraba subir mucha gente.
Le conteste que no
todavía me quedan cosas
por hacer que había dejado
la puerta abierta por si
algún día decides volver.
Queda un momento en el
camino que solo se mira
atrás es la hora de sentarnos
y dejarnos llevar
lo recuerdos torturan si no los sabes engañar
emborráchalos eternamente
que canten y bailen hasta el final.