El domingo pasado
trepaba las colinas
averiguando un mundo
que ha rodeado la ciudad
de bosques de eucaliptos
de pinos y de encinas
de verde sobre verde
sol y viento matinal.
La cosa es que me andaba
por respirar de esta vida
que desde tiempos olvidados
habitan un lugar
donde se ense
trepaba las colinas
averiguando un mundo
que ha rodeado la ciudad
de bosques de eucaliptos
de pinos y de encinas
de verde sobre verde
sol y viento matinal.
La cosa es que me andaba
por respirar de esta vida
que desde tiempos olvidados
habitan un lugar
donde se ense